Desde 1973 la CFE realiza explotación masiva y comercial de vapor endógeno en el Valle de Mexicali, B.C. para la generación de energía eléctrica a través de la Planta Geotermoeléctrica Cerro Prieto (PGCP). Este proceso productivo genera una salmuera condensada, que contiene elementos tóxicos (tales como litio, mercurio, arsénico, cadmio, boro, plomo, sílice, potasio, sodio, cloro, ácido sulfhídrico, azufre, amoniaco, calcio, carbonatos, entre otros), que tanto por su elevada concentración como por su naturaleza química, son altamente nocivos para el medio ambiente y la salud de los habitantes de los ejidos y poblados aledaños a los campos geotérmicos. Esta salmuera, en volumen aproximado de 70 millones de metros cúbicos anuales, es colocada por la CFE en un amplísimo sistema de estanques o lagunas a cielo abierto, con el propósito de eliminarla del ambiente mediante el proceso de evaporación directa. Se estima que la superficie cubierta por estas lagunas alcanza los 24 km², y que originalmente era tan solo menos de un km².
Los resultados del proceso de operación industrial de esta planta a lo largo de 40 años han sido: desequilibrio hidrológico (producto de la alteración de los cuerpos de agua), sobrexplotación del acuífero de la zona, contaminación por aguas residuales, infiltración en los mantos freáticos con metales pesados como litio, mercurio, arsénico, cadmio, plomo, etc.; desnivelación de los terrenos agrícolas y urbanos; seria contaminación del aire, gases y ambiente corrosivo; contaminación por ruido y daños en la salud pública (como lo son asmas y alergias en la piel) de los miles de residentes de 11 comunidades aledañas a los campos de la PGCP, entre las que se encuentran cinco centros educativos y un Centro de Atención Múltiple (CAM), destinado a la atención y ayuda de niños y jóvenes de la zona, que padecen diferentes enfermedades de carácter alérgico y biológico degenerativo.
Las comunidades directamente afectadas son: Ejido Nuevo León, Ejido Miguel Hidalgo, Ejido Oaxaca, Ejido Morelia, Ejido Saltillo, Ejido Guerrero, Ejido Nayarit, y los respectivos poblados de cada ejido, incluyendo Estación Delta y los poblados El Chimí y Zakamoto.
El terremoto de 7.2 grados en la escala de Richter ocurrido el 4 de abril de 2010 con epicentro en el Valle de Mexicali provocó que la catástrofe ambiental producto de 40 años de operación de los pozos geotérmicos se agravara drásticamente. Con el movimiento telúrico la laguna de evaporación de la geotérmica se ladeó y un gran volumen de sus aguas se infiltró en los mantos freáticos. Posteriormente al terremoto la tierra se asentó y las aguas contaminadas comenzaron a salir a presión del subsuelo a manera de géiseres o pequeños volcanes en distintos puntos de los ejidos y poblados aledaños, inundando solares y tierras agrícolas. El caso más dramático fue el del poblado Zakamoto el cual fue totalmente inundado con aguas tóxicas y sus habitantes tuvieron que ser reubicados.
A 4 años de la catástrofe la situación de desastre social y ambiental en el Valle de Mexicali sigue vigente. Los campos geotérmicos continúan expandiéndose y la CFE, Empresa de clase mundial, no asume su responsabilidad.