Las dimensiones de nuestra lucha

En términos generales nuestra lucha es una lucha profunda, política y cultural, que toma distancia de quienes han hecho de la política no sólo un negocio, sino que han querido extirpar a las grandes mayorías de esa actividad y fuerza que vienen del pueblo.

Una primera dimensión de nuestra lucha es lo político.

Luchamos por la paz, con justicia y dignidad. Uniendo a todos aquellos que estén contra esta guerra y avocándonos a la construcción de otra realidad posible. Por eso buscamos impulsar una revolución ética, política y social, como única salida al desastre nacional.

Luchamos por construir y expandir los poderes populares, comunitarios y autónomos. Trabajamos en la más amplia unidad por el rescate de nuestra Nación, por el derecho a la libertad y a una vida digna, por la democracia y la justicia social. Peleamos por un gobierno popular que responda a las necesidades de los explotados, de las mayorías y no al interés de los pocos que nos subyugan, de aquellos que nos roban el agua, la tierra, el aire y todos nuestros recursos, de los responsables de la destrucción del país. Un gobierno del pueblo y para el pueblo, que eche abajo regímenes autoritarios, partidistas, represivos, terroristas como el de Enrique Peña Nieto.

Luchamos junto a los que han luchado desde siempre, junto a sus anhelos de justicia y de paz, por tierra y libertad. Rescatamos del pasado nuestras raíces y nuestra cultura, entendiendo la necesidad de reconstruir una identidad mexicana que se aparte de los designios del colonialismo, la homogeneización y la atomización societal. De esta manera, recuperamos propuestas alternativas que contribuyan a defender una educación popular, humanista, crítica, pública, gratuita, democrática e incluyente.  Además vemos la necesidad de promover la articulación y el fortalecimiento de los medios de comunicación libres y comunitarios, así como la creación y gestión de medios de comunicación propios, que nos permitan evitar la manipulación mediática y desde el cual podamos promover el pensamiento crítico y creativo.

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Una segunda dimensión de nuestra lucha es la lucha en el campo y en las ciudades. Como los espacios en que realizamos la lucha política.

Luchamos desde todos los espacios en los que nos involucramos por la defensa del territorio ante la devastación ambiental y explotación de nuestros recursos y bienes naturales por parte de los intereses transnacionales y locales. Nuestro objetivo es la soberanía alimentaria, por eso levantamos la voz ante el avasallamiento del campo mexicano a través de los transgénicos, agrotóxicos, geopiratería, privatizaciones y manipulación de las semillas que atacan a nuestra Madre Tierra y al futuro toda la humanidad.

Luchamos por la autogestión y la economía solidaria, el trabajo comunitario y solidario que nos permita la reconformación del tejido social y de nuestros valores comunitarios, con el fin último de quebrar la lógica de reproducción y perpetuación del sistema capitalista. Construimos y practicamos de manera crítica aquellas formas de organización alternativa, para evitar reproducir entre nosotros prácticas que buscan obstaculizar el cambio social. Intercambiamos saberes y pensares, construyendo colectivamente y desde ahora el mundo por el que peleamos.

Una tercera dimensión es la de las crisis o emergencias.

Luchamos contra el Terrorismo de Estado y la violencia que proyecta contra el pueblo. El Estado mexicano está masacrando al pueblo para imponer las reformas estructurales. Nos enfrentamos a un monstruo que no sólo quiere hacer de la educación, la salud, el trabajo, los recursos naturales un negocio, sino que pretende adecuarlos a la cultura del modelo económico que se ha impuesto en este país, pues en dicho modelo las mayorías nacionales somos una población sobrante, condenada al inmediato o prolongado exterminio.

Luchamos por lo tanto, contra el capitalismo en su expresión neoliberal como modelo económico, político y cultural de dominación actual. Luchamos porque aquella forma de acumulación no sólo implica la devastación socioambiental y el despojo completo de nuestro territorio, sino también la desarticulación total de nuestras formas de relación comunitarias, de nuestra cultura diversa y originaria, de nuestros conocimientos y saberes populares, de la construcción colectiva del poder y del buen gobierno. Luchamos contra el capital por ser la forma que adquiere la explotación del hombre por el hombre y que implica el final exterminio de nuestros pueblos.

Luchamos contra el patriarcado, como forma de dominación y de explotación ejercida desde el Estado y reproducida en diversos sectores de nuestra sociedad. Denunciamos el feminicidio como forma de perpetuación de las diferencias de género, que justifica las múltiples expresiones de violencia machista que en la actualidad mexicana se cobra la vida de casi una decena de mujeres al día. Peleamos y nos movilizamos, pero también repensamos nuestras prácticas cotidianas de manera crítica y consciente para evitar reproducir aquellas lógicas en todos los campos de nuestra cotidianeidad.

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